El mundo se divide en dos lados: uno abundante, otro escaso. Entre
ellos, hay un proceso de selección. A los 20 años, cada persona tiene una
oportunidad. Los elegidos nunca volverán. Constituyen el 3 por ciento.
¡Hola a todos!
Espero que ya
estén de vacaciones. Esta es la primera vez que hablo de una serie no anime en
mi blog, espero les guste.
Siguiendo la
corriente distópica de sagas juveniles como The
Hunger Games, Divergent o The Maze
Runner, en la nueva serie original de Netflix, 3%, estrenada el 25 de noviembre, tenemos un futuro dónde sólo tres
por ciento de la población tiene acceso a riquezas y servicios, mientras que el
otro noventaisiete vive en la más profunda miseria. Al cumplir 20 años todas
las personas (que estén registradas, por supuesto) tienen la oportunidad de
demostrar su valía y pasar a formar parte de ese grupo privilegiado, en un evento
conocido como el Proceso, donde se evalúan capacidades físicas y mentales de
los participantes, en una serie de diversas pruebas que van desde simples
ejercicios de lógica hasta verdaderos retos de supervivencia.
Una peculiaridad de la serie es: que se trata de una producción
brasileña completamente filmada en portugués. Es dirigida por César Charlone(Ciudad de Dios) junto con
Jotagá Crema, Daina Giannecchini
y Dani Libardi. Está basada en el
guion de Pedro Aguilera quien había lanzado en Youtube un capítulo piloto en el
2011.
Como cualquier serie, 3% tiene sus partes positivas y negativas.
Entre las negativas están una vaga explicación de la situación, lo cual
desemboca en una poca credibilidad de lo que se ve en pantalla, pues si tenemos
un tres por ciento rico que no hace otra cosa que vivir feliz y aprovechar los
recursos y avances tecnológicos, mientras el resto de la humanidad vive
preocupándose de su supervivencia en ambientes hostiles y disfuncionales,
aislados totalmente de ese 3% ¿Quién produce la comida? ¿Quién procesa los
recursos para su aprovechamiento final? ¿Quién ensambla los artefactos
tecnológicos con los cuales la élite lleva su cómoda vida? Y si en este lado
(es así como se refieren al lado de los pobres) carece de los servicios más
básicos de salud, no hay escuelas y no hay ningún trato especial hacia los discapacitados
¿Cómo conocen el braille? Así hay muchas situaciones que no tienen una
explicación.
Por otro lado, Michele (Bianca
Comparato), quien es la protagonista y debiera ser la estrella de la serie,
resulta ser un personaje muy simple, cuya personalidad termina totalmente
opacada por la de los coprotagonistas, y no es tanto por la actuación de
Bianca, que es buena, sino porque los guionistas no supieron hacer resaltar al
personaje, a pesar de haberle creado una interesante historia y fuertes motivaciones
para estar donde está. Al parecer decidieron quedarse con una chica cegada por
la venganza, cuya única virtud parece el ser necia mientras los demás resuelven
las cosas, aun cuando la construcción del personaje daba para más.
Ezequiel y Michele |
Tras lo que he dicho pudiese parecer una mala serie, pero tiene varios
puntos positivos, entre los que podemos encontrar una gran gama de personajes
bien construidos y de una gran complejidad cómo son Joana (Vaneza Oliveira) y Rafael (Rodolfo
Valente), participantes del Proceso, cuyas conductas vienen a
recordarnos que realmente no hay buenos ni malos, y la mayoría de las veces,
las apariencias engañan. O a Ezequiel (João Miguel), el antagonista de la serie que es un
completo mounstro pero sin dejar de ser
humano, y su crueldad no es más que consecuencia de un sistema social
disfuncional. En contra parte tenemos a Fernando (Michel Gomes) un chico quien a pesar de todas las peripecias es
ingenuo y amable, como un recordatorio de que aún podemos ser “buenos” en las
peores situaciones.
La escenografía es bastante buena, la construcción de las colonias
pobres es bastante creíble para una América Latina post-apocalíptica consumida
en la pobreza, y es bastante probable (también triste) que varios lugares
luzcan así en el presente. En cuanto a la trama, muestra situaciones menos
maquilladas y con más crudeza que The
Hunger Games u otras series de su tipo, y el argumento retoma la idea de un
mundo donde se ha instaurado un sistema en el cual las personas son valuadas
por “su mérito” y no por su raza, nacionalidad o status social, solo para
descubrir que se trata de una situación igualmente injusta (Tal vez por eso
existe una comparación entre 3% y The Black Mirror en las reseñas de
internet). Aquí está la cuestión de que el mérito es un término ambiguo, y su
evaluación es algo subjetivo, permitiendo así, el simple beneficio de los poderosos, como sucede en la serie.
Por otro lado, tenemos un interesante desarrollo de intrigas y
juegos políticos en esa sociedad del 3%, lo cual le agrega a la serie la
peculiaridad de que no sólo se centra en el grupo de chicos y sus peripecias,
sino que decide mostrarnos un poco de lo que ocurre en el lado de los
poderosos. Y, si uno no se pone a cuestionar el desarrollo de todo (en otras
palabras, no hagan lo que yo), se topa con una buena serie de acción y
suspenso, donde cada final de episodio deja a la espera de más… y las horas
pueden irse volando, con decir que la terminé en un día.
Mi comentario final es que, espero con ansias la segunda temporada
(sí, ya está confirmada) para saber cómo continua todo esto, y también para ver si los guionistas de
casualidad responden algunas de las dudas que me dejó la primer entrega.
Fuentes:
información técnica:
Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/3%25
Sobre la 2a temporada: